Dir: Kathryn Bigelow
Int: Ralph Fiennes, Angela Bassett, Juliette Lewis, Tom Sizemore, Michael Wincott, Vincent D'Onofrio, William Fichtner.
Sinopsis
Durante los últimos días de diciembre de 1999, y mientras se preparan los festejos del fin de milenio y se suceden altercados civiles duramente reprimidos por las fuerzas del orden, el inoportuno asesinato de Jericho One, un rapero que predicaba la rebelión civil, amenaza con llevar las calles al colapso.
Mientras la mayoría está inmersa en la febril actividad festiva, el resto permanece adicto a una tecnología ilegal (SQUID: Superconducting Quantum Interference Device) que graba recuerdos y experiencias directamente del córtex cerebral del portador y que, cuando se reproduce mediante un dispositivo similar al MiniDisc, permite al usuario experimentar dichos recuerdos y sensaciones grabados como propios.
Lenny Nero, un antiguo policía reconvertido en traficante de esta tecnología, es un fracasado incapaz de superar la relación que mantuvo con Faith, aferrándose a sus grabaciones con ella para huir de la realidad. Pero se verá devuelto súbitamente a ésta cuando reciba una serie de discos grabados por un cruel asesino que podría tener a su ex-novia como objetivo. Nero emprenderá su búsqueda con la ayuda de sus amigos Mace y Max, mientras la ciudad explota ante la tremenda represión a la que se ve sometida por las fuerzas del orden (Wikipedia).
El voyeurismo es omnipresente en todo el film. Mediante la tecnología SQUID, Bigelow introduce el punto de vista de primera persona en la narración encarnado por el espectador, en una época en que la grabación amateur con cámaras estaba en auge. Resulta interesante comprobar como la tecnología en los años posteriores explotó la comunicación y el espectáculo audiovisual en línea mediante los servicios de video-hosting como YouTube o Vimeo, y la grabación mediante dispositivos iPhone y similares (Switched).
Strange Days es una película de ciencia ficción sobre realidad virtual, una realidad virtual que se intuía en Blade Runner con los recuerdos implantados en los replicantes y que explotaría unos pocos años después con The Matrix. Pero es ya en Strange Days donde esta hiperrealidad toma forma consciente y se proyecta en el imaginario colectivo de manera mucho más interesante que la propia realidad, profetizando la obsesión actual con la tecnología y de la estimulación artificial mediante dispositivos computerizados (Semiotext(e)). Una suerte de sobredosis sensorial básicamente visual, que refleja a la perfección la sociedad occidental actual. En este sentido, el film presenta otros temas adyacentes, como la manipulación de los media, los límites difusos entre verdad y mentira o el espectáculo habitual de la violencia y su efecto desensibilizador.
Por otra parte, y precisamente por la proximidad entre tiempo retratado en la ficción y tiempo real de la producción, la película ahonda en una ambientación "realista": los vehículos, el vestuario, cualquier tipo de artilugio (excepto el SQUID), todos son absolutamente contemporáneos. Nero y Faith exhiben un grunge chic típico de la década; Mace viste más formal y distante de lo trendy (como también lo es su percepción moral sobre la tecnología SQUID).
Mientras la mayoría está inmersa en la febril actividad festiva, el resto permanece adicto a una tecnología ilegal (SQUID: Superconducting Quantum Interference Device) que graba recuerdos y experiencias directamente del córtex cerebral del portador y que, cuando se reproduce mediante un dispositivo similar al MiniDisc, permite al usuario experimentar dichos recuerdos y sensaciones grabados como propios.
Lenny Nero, un antiguo policía reconvertido en traficante de esta tecnología, es un fracasado incapaz de superar la relación que mantuvo con Faith, aferrándose a sus grabaciones con ella para huir de la realidad. Pero se verá devuelto súbitamente a ésta cuando reciba una serie de discos grabados por un cruel asesino que podría tener a su ex-novia como objetivo. Nero emprenderá su búsqueda con la ayuda de sus amigos Mace y Max, mientras la ciudad explota ante la tremenda represión a la que se ve sometida por las fuerzas del orden (Wikipedia).
Análisis
La ciudad de Los Angeles en que se desarrolla la acción presenta en el film una visión distópica que guarda mucha relación con la época y el contexto socio-político en el que la película fue concebida. Por la proximidad entre el tiempo ficticio (1999) y el tiempo de estreno (1995), la sociedad de Strange Days refleja el impacto de los disturbios derivados del conflicto Rodney King y su difusión audiovisual de la misma forma que anticiparía el caso Columbine.
El voyeurismo es omnipresente en todo el film. Mediante la tecnología SQUID, Bigelow introduce el punto de vista de primera persona en la narración encarnado por el espectador, en una época en que la grabación amateur con cámaras estaba en auge. Resulta interesante comprobar como la tecnología en los años posteriores explotó la comunicación y el espectáculo audiovisual en línea mediante los servicios de video-hosting como YouTube o Vimeo, y la grabación mediante dispositivos iPhone y similares (Switched).
Strange Days es una película de ciencia ficción sobre realidad virtual, una realidad virtual que se intuía en Blade Runner con los recuerdos implantados en los replicantes y que explotaría unos pocos años después con The Matrix. Pero es ya en Strange Days donde esta hiperrealidad toma forma consciente y se proyecta en el imaginario colectivo de manera mucho más interesante que la propia realidad, profetizando la obsesión actual con la tecnología y de la estimulación artificial mediante dispositivos computerizados (Semiotext(e)). Una suerte de sobredosis sensorial básicamente visual, que refleja a la perfección la sociedad occidental actual. En este sentido, el film presenta otros temas adyacentes, como la manipulación de los media, los límites difusos entre verdad y mentira o el espectáculo habitual de la violencia y su efecto desensibilizador.